
Veo por un par de segundos a un tal Omar Larrosa sentado en el banco de Boca, como ayudante de campo del DT interino Pompei. Inmediatamente me embargaron algunas sensaciones, y algún recuerdo también. Creo que yo no había cumplido seis años aún, y tengo muy presente como si hubiera sido hace un ratito, el primer paquete de figuritas que mi mamá me compró, traía una de Larrosa, con la camiseta de Boca. Al poco tiempo Larrosa abandonaría el club, consiguiendo posteriormente títulos en Huracán, Independiente y siendo campeón mundial en 1978 con la Selección Nacional. Cuirioso derrotero el de algunas de nuestras figuras del deporte. Pero hay que aceptar que también eran otros tiempos.
La cámara volvía al banco local y tomaba de cuerpo entero al Tito Pompei. Por qué, no tengo idea, pero instantáneamente lo recordé en aquel clasico frente a River de primera mitad del '97 en que le atajaron un penal; estábamos para golear, y terminamos sufriendo. Así con todo, yo pensé para mí mismo: "Tiene que tener su revancha algún día. La va a tener." La tarde de ayer seguía generando impresiones, una de las cuales claramente fue: "Hoy puede ser ese día".
Martín "El bate-récords" Palermo sigue con su sana costumbre. A pesar de todas las habladurías que pululan todo este tiempo. Su última víctima fue Roberto Cherro. Por qué será, hace unos días tropecé con una vieja revista que aún guardo desde hace muchos años, simplemente porque siempre estará presente la anécdota personal que me tiene a mí hojeando esa revista y mi mamá observando detrás mío, en eso me detiene la mano que estaba por voltear la hoja y me dice: "¡Mirá! ¡Cherro!" Claro, ella era tan o más futbolera que yo y esas imágenes le resultaban por demás familiares.
Pasaron los festejos, los compactos televisivos y las polémicas. Pero cuando uno menos lo sospecha, también dicen presente algunos viejos recuerdos.