DICTADOR MUERTO.

Se murió Videla. En primer lugar se lo recuerda por haber comandado gran parte de un régimen sanguinario que duró de 1976 a 1983. Y se lo debería recordar muy bien también por ser uno de los principales artífices de la tragedia moderna argentina. Fue el sujeto que le dio el puntapié inicial a la decadencia que todavía padecemos los argentinos. Parece mentira, los dictadores pasan, la gente los olvida, y mucho peor aún, jamás aprende nada de todo lo malo que traen estos personajes. Los dictadores no le dejan nada a ninguna sociedad, sólo destrucción y odio. La periodista Norma Morandini tuvo una vez una frase estupenda, con respecto a la dictadura militar que se retiró del poder en 1983: "La dictadura no se fue dejándonos la democracia. La dictadura se fue tirándonos un muerto". Muerto que, por lo que se ve, nadie logró levantar en estos 30 años.

DÓLARES VS. PESOS

El General preguntó: "¿Alguien vio un dólar?". Más tarde, Lorenzo Sigaut, en 1981, afirmó con cara de mármol que "El que apuesta al dólar, pierde". El descuidista Boudou dijo hace poco que "El dólar es marginal, especulativo y tiene que ver con poquitos argentinos". Y nuestro ministro testimonial estrella, Hernán "Me Quiero Ir" Lorenzino, ahora nos revela directamente que "El dólar no le interesa a nadie". Estas frases, revelan que la dirigencia política argentina, casi en su totalidad, privilegió siempre, y en estos tiempos mucho más aún, las prácticas populistas antes que cuidar la salud de la moneda local, que es la base de cualquier economía seria. Conclusión: no somos un país serio. Somos una murga.

La parábola del cocinero y la rana se aplica perfectamente a lo que nos está pasando hoy a los argentinos, aquello de que "nos están cocinando a fuego lento". Claro, el cocinero tiró una rana viva al agua hervida y la rana saltó fuera de la olla. ¿Qué resolvió el cocinero? Simple, metió a la rana en una olla con agua templada, encendió la hornalla, pasó el tiempo y... cuando la rana se quiso acordar, ya era tarde. Estaba casi a punto de cocción.

A FUEGO LENTO.

Una de las mejores frases que escuché en estos tiempos, le pertenece a un conocidísimo político argentino, al que no nombraré para no hacerle publicidad ni generar polémicas: "A los argentinos nos están cocinando a fuego lento". Cada día, a la luz de lo que se está viendo, lo compruebo más y más.