
viernes, 8 de agosto de 2014
CADENA NACIONAL.
Hoy estuve leyendo varias opiniones sobre la cadena nacional de Cristina. Hasta un comentario editorial por radio, casualmente hace un ratito se ocupaba del tema.
Coincido en gran parte con lo que la gente expresa, pero creo que nadie hasta ahora, desde 2007, ha reparado en un detalle: no importan las mentiras, los anuncios truchos ni los desvaríos. Importa, en cambio, que a mayor cantidad de frases que se digan, por más ridículas que parezcan, más difícil le resultará recordar al público tan solo dos o tres cosas entre las más inverosímiles dichas en los discursos de todos estos años.

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