sábado, 22 de noviembre de 2008

UN VIERNES A LA NOCHE DIFÍCIL DE OLVIDAR.

Las vueltas de la vida provocaron que después de casi 28 años me reencontrara con parte de lo que fue Queen alguna vez , acompañados esta vez por un SEÑOR CANTANTE como Paul Rodgers. Y creo que no defraudaron para nada. Al contrario, sobrepasaron mis expectativas incluso.


Esta es la cara de la entrada del recital de febrero de 1981. Ese corte es toda una desprolijidad, claro.

El interior, o reverso, me da un poquito de vergüenza: nótese cómo escribieron "John".


Obviamente, la entrada de ayer.
No hay tanto para comentar que no se sepa de lo que es esta banda , especialmente en directo. El show arrancó con Hammer To Fall, le siguió Tie Your Mother Down, a éste Chicas Culonas (¡Si! Fat Bottomed Girls durante la dictadura militar significaba “Chicas Gorditas”) y después ya perdí la cuenta. Un Paul Rodgers muy sobrio como siempre, Brian May haciendo lo suyo de manera impecable con ese soberbio despliegue de multi-efectos para su Red Special, y Taylor con una tarea más que aceptable, nunca fue de mis bateros preferidos pero siempre ha conseguido destacarse en los conciertos.


La tapa del programa.

Después de ese comienzo, me parece que empezó lo más emotivo de la noche, yo diría una catarata de emociones in crescendo que no se detuvo hasta el final, en un espectáculo que duró casi dos horas y cuarenta minutos. Primero, el mini-set acústico de Brian, casi en la punta del espigón del escenario, que incluyó Love Of My Life, la canción dedicada especialmente a los argentinos del álbum Hot Space, Las Palabras De Amor (yo imaginaba que la iban a hacer y no me equivoqué), y la siempre emocionante ’39. Luego llegó, en cuotas y ya les voy a contar por qué, el solo de Roger. Comenzó con una propuesta muy minimalista, apenas el bombo, el pedal y los palillos, y paulatinamente su asistente le iba sumando los demás elementos (fue muy celebrada la interacción con el bajista Daniel Miranda, que se trajo su stick al espigón y armaron cosas muy piolas, como la intro de Under Pressure). Y una vez que tuvo el set completo, hicieron, entre otros, I’m In Love With My Car y creo que trasca se mandaron con una simpática versión de I Want To Break Free.


El staff de Queen + Paul Rodgers en detalle.
Y si mencioné Under Pressure, debo decir que ese tema tiene el extraño poder de levantar hasta un muerto. Cuando tocaron las primeras notas, la gente se levantó para saltar y aplaudir. La que estaba en las plateas, digo. Para mí, personalmente, debería estar incluida en el Top Ten de los clásicos del grupo. Todavía hoy, veo el video promocional y se me sigue poniendo la piel de pollo. Y Brian lo presentó muy emocionado, hablando en un español bastante pasable (me gustó su frase en inglés "tengo un español de mierda, pero seguiré intentando"), como un tema que representa las vidas de cada uno de nosotros. Y que a la luz de lo que pasa hoy en el mundo, toma más vigencia aún.

Después llegarían el set en solitario de Brian con la eléctirca, que dura entre 10 y 15 minutos (ahí extrañé horrores a Brighton Rock) Radio Ga-Ga, Another One Bites The Dust, Bo Rhap (así solía anunciar Freddie a Bohemian Rhapsody) y Bijou, de Innuendo. En estos dos últimos, entró en juego con todo la enorme pantalla del fondo del escenario, con un Mercury virtual cantando partes de ambas canciones. Ni hablar de lo que eran las sensaciones de la gente a esa altura de la noche.

Llegó, más tarde, el turno de Paul. Tomó una acústica, y me tomó por sorpresa a mí y a todos haciendo Seagull, una bellísima balada del primer disco de Bad Company. Este tipo conserva una voz excepcional. Pero aquí quisiera hacer una observación: durante todo el recital tuve una extraña impresión, una suerte de disociación en mi cabeza. Muy a pesar de tener todo ahí delante mío, me costó relacionar la actuación de Paul Rodgers con la música de Queen. Para mí era pasar un rato de cada lado. Nunca mi cabeza llegó a mancomunar ambas cosas. Pero es solo un detalle. Tengamos en cuenta que son muy amigos y que la elección no es casual. Pensemos, por ejemplo, en el Festival “Leyendas de la Guitarra” de La Cartuja, Sevilla, en 1991. El final tuvo como gran protagonista a Paul Rodgers. Hay que destacar, también, la gran cantidad de amigos que ha cosechado el Doctor en Astronomía Brian May a lo largo de los años. Y así lo presentó ayer Paul, “The Doctor”.

Hay títulos que seguro me estoy olvidando. Vino también el clásico de Free All Right Now (hay que decir que por aquellos tiempos, principios de los ‘70s, Mr. Rodgers era firme candidato a reemplazar a Ian Gillan en Deep Purple, luego la historia se inclinaría por un tal David Coverdale, quien, casualmente, tenía como uno de sus principales referentes justamente a Paul Rodgers). Por un instante, pensé que si llegaba a cantar un tema de The Firm era para cerrar el estadio e irse, nomás. Le sucedieron I Want It All, Show Must Go On, y ya se preparaban los bises.

Ahí decidí bajarnos al campo y disfrutar en medio del quilombo, pero feliz. Los dos últimos temas no eran muy difíciles de adivinar. Alguna vez, Brian May, habiendo ido a ver un partido de fútbol, a la salida pensó en ese himno de los Hooligans, You’ll Never Walk Alone. E imaginó una canción con mucha pegada, mucho ritmo, como We Will Rock You. Que se fundiría, casi, con We Are The Champions, ese final único, incomparable, ocurrencia de Freddie, un sutil mensaje dirigido a muchos de sus coetáneos pertenecientes a otras bandas. De eso se trata esta dupla inseparable.

La despedida estaba cantada. Camisetas de la Selección Nacional para todos. El último en ponérsela fue Paul, mientras que la 10 se la llevó Brian.Y God Save The Queen, desde ya, no es ninguna canción. Al menos, en este lugar del mundo.



sábado, 8 de noviembre de 2008

¡FELICIDADES LUIS!

Por supuesto, muchas felicidades en tu cumpleaños, un gran abrazo a la enorme distancia, celebralo lo mejor que puedas y...

la primera copita de malbec que me voy a tomar en un rato nomás será a tu salud. ¡Salud, entonces!

lunes, 3 de noviembre de 2008

¡YA QUE ME LO PREGUNTÁS!

No todos los días un brasileño les da una bofetada a los EEUU.
 Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador del Distrito Federal y actual Ministro de Educación
de Brasil, CRISTOVÃO ''CHICO'' BUARQUE, qué pensaba
sobre la internacionalización de la Amazonia.
Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.
 Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:
'Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro. Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación
ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad. Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de
petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como
la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
 
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la
voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el  desempleo
provocado por las decisiones arbitrarias de los
especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la
internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio
cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país. No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto
con él, un cuadro de un gran maestro. Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado. Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como
sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhattan debería pertenecer a toda la humanidad. De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro,
Brasilia... cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.
 
Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas
armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil. En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales  del mundo a cambio de la deuda. Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.> Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!',
 
Nota: Este artículo fue publicado en THE NEW YORK TIMES, THE WASHINGTON POST, USA TODAY y en los diarios más importantes de Europa y Japón. En Brasil y el resto de Latinoamérica, este artículo no fue publicado.