miércoles, 10 de diciembre de 2008

QUE NO PROVOQUE INDIFERENCIA ESTE 10 DE DICIEMBRE.

Si en 1983 se le consultaba a la gente sobre sus esperanzas, perspectivas y otras cosas sobre la llegada de la Democracia, había muchas ilusiones de una sociedad mejor, de un país pujante, con paz y desarrollo. A 25 años, muchos sueños parecen haberse desplomado, la desconfianza y el escepticismo han ido ganando terreno, pero tampoco hay que pensar que el sistema sea tan pernicioso.

Es cierto que en el debe todavía hay muchos problemas que no vislumbran una
solución inmediata. ¿Educación? Muy poquito se ha progresado. ¿Justicia? Es un ítem
que tiene muy serios problemas. ¿Salud? Muy pocos avances. ¿La economía, el
progreso? Van de la mano con las otras. ¿Me estoy olvidando de la seguridad de los
ciudadanos? Si dije lo que dije de la justicia, la seguridad no le mejora la marca.

Hoy, mucha gente se va dando cuenta de que si deja todo en manos de los políticos verá cada vez más lejos la solución a sus problemas. Entonces, decide involucrarse en
ciertos temas y eso es bueno, y no sería posible bajo otro sistema que no fuese la
democracia. Quizás, el pueblo ha empezado a captar "de qué va la democracia" y sabe
que si uno se compromete un poco más las cosas pueden -y deben- mejorar. De lo
contrario, los temas del país quedarían en manos de una pequeña elite de poder, una
situación bastante alejada de la democracia. Y la gente sabe todo esto porque de a poco va cayendo en la cuenta de lo obvio, sus políticos no son ni más ni menos que un
emergente de su propia sociedad.

En 25 años, venimos votando a candidatos arrogantes, ingenuos, desprejuiciadamente
corruptos, desmedidamente ambiciosos, cuando no a quienes que para tapar sus miserias
se abrazan a causas nobles. Pero afortunadamente las ambiciones del conjunto todavía
van por una cuerda diferente, y como yo, todavía esperan más cordura y sentido
común y menos ideologismo de parte de los ocupan los puestos de mando.

Algún día, como diría Fidel Pintos en la mesa de Polémica en el Bar pero, en lugar de
"sonará un disparo para el lado de la justicia", yo confío en que "algún político se va a equivocar y va a hacer lo que le conviene al país y su pueblo".

O como dijo alguna vez W. Churchill, nunca más vigente esa frase que hoy mismo, "La
democracia es un sistema bastante malo, pero no conozco uno mejor". Esto, más que
nada, de cara a lo que pueda venir. Los procesos muchas veces son duros, dolorosos,
muy extensos, pero hay que enfrentarlos sin perder las esperanzas.

Si lo aceptamos, seguiremos tratando de intervenir en la democracia por muchos años
más. Así es como se sostendrá, sin esperar milagros. Y no solamente yendo a votar cada dos años.

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