viernes, 23 de enero de 2009

¡CUIDADO CON LAS METÁFORAS!

Hoy estaba metido en un foro de un diario on-line, Crítica para ser precisos, y entre tantos comentarios leo uno que en principio no me llamó la atención, pero que segundos después despertó mi asombro, y llegó a provocarme cierta gracia, por qué no decirlo. Estaba referido a una marcha con cacerolas frente a la Quinta de Olivos. Y el motivo era el disgusto de los manifestantes por el aumento que ellos consideran excesivo en la tarifa del consumo de electricidad.


Hay un hecho en la historia muy conocido, La Toma de La Bastilla, que visto en perspectiva no parece de la magnitud que los franceses le han dado, a tal punto que esa fecha, el 14 de julio, se erigió como fecha patria. Ese acto no representó un gran mérito de parte de los revolucionarios franceses. A la sazón, resultó como robarle los caramelos a un chico de 4 años o cazar animales en el zoológico. Ya verán por qué, si no es que alguno ya lo sabe.




El asunto es que, el participante del foro, tratando de mofarse de los que protestaban, dijo más o menos: “¡Uy, qué miedo, pareciera que van a tomar La Bastilla!” Yo recordaba en esos instantes un hecho absolutamente menor, que, en mi época de estudiante secundario, cuando teniendo que aprenderme la lección sobre la Revolución Francesa, me quedó hasta hoy en la memoria. No me pregunten por qué, yo soy así. Algo que leí sobre el asalto a la prisión, en definitiva La Bastilla no era otra cosa. Una vez ingresados al lugar y luego de reducir a los custodios, los patriotas se encontraron, para sorpresa o decepción, con solamente siete presos, uno de los cuales era un deficiente mental, “un idiota”, recuerdo que decía textualmente el libro.




Hay un viejo dicho que señala que “La tragedia que se repite, vuelve, pero como parodia”. Mucho cuidado con esta clase de comparaciones.


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