El accidente de Felipe Massa en la clasificación de Hungría no resultó en tragedia por muy poco. La fortuna quiso que semejante objeto (un resorte de 1 kg. de peso) golpeando su casco no causara un verdadero desastre. No vamos a hablar aquí de cuestiones técnicas, de qué fuerza representa el choque de un objeto de 1 kg. a 220/230 Km/h pero se sabe que el impacto es durísimo, letal en la mayoría de los casos para cualquier persona. Y como ferrarista que soy, más preocupado me quedé aún.

Ayer recordábamos junto a algunos aficionados al tema aquel accidente de Tom Pryce en Kyalami, Sudáfrica en 1977, por cierta similitud en las circunstancias. Algún periodista radial también lo mencionaba ayer. Hoy dicen que el video es un éxito, vaya calificación, en Youtube. El morbo humano es insaciable. Lo cierto es que el piloto galés fue impactado en su cabeza con el matafuego de un comisario de pista que se cruzó sorpresivamente para asistir a Renzo Zorzi, compañero de Pryce, mientras transitaba la recta principal con su Shadow a 270 Km/h. Se sabe que murió en el acto, ya que literalmente le destrozó la cabeza. Todavía recuerdo la escena que fue filmada e incluida en la película “Fiebre de la Velocidad”. La vi en el cine a comienzos de 1979, me parece.
Los fans del Cavallino Rampante parece que no pegamos una este año. Pero no hay mal que dure cien años, y en F1, ni siquiera veintiuno.
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