lunes, 12 de octubre de 2009

DÍA DE REPLANTEOS.

Siempre he pensado seriamente si procede abolir nuestro feriado del 12 de octubre. Día de la Raza. ¿Y si lo mantenemos, pero lo cambiamos por "Día de la Reivindicación de los Derechos de los Pueblos Originarios de América"? Ahí me gustaría más. No se puede negar la historia. Sería como querer negar la Ley de Gravedad. Y la historia tiene más de trágico que de romántico. Conquistas militares, masacres, dominación y todas las peores calamidades humanas.

El punto para mí es, hoy, ¿qué hacer con el legado histórico? Yo, como casi un 60 % de los argentinos, llevo también parte de la sangre india. Pero aunque así no fuese, considero que es necesario tratar la problemática aborigen DE HOY.

Hace 200 años que nos gobiernan criollos, no europeos, y podemos asegurar que el tema jamás ha estado en la agenda de ningún político. Y ojo que esto lo hemos venido padeciendo no sólo los conquistados por los españoles, también les ha pasado a los invadidos por ingleses, franceses, etc.

Hay demasiada hipocresía en nuestra clase gobernante. Mientras se manifiestan populistas, podemos ver por TV en vivo y en directo la mismísima tragedia del pueblo aborigen. Un genocidio en cómodas cuotas.

martes, 6 de octubre de 2009

DESORDEN Y RETROCESO.

Por estos días, casi cualquier medio periodístico al que uno accede se ocupa del fenómeno Brasil, un proceso que aún no parece haber alcanzado su techo y que por cierto a nadie debería sorprender.


¿Y por casa? Está claro que nuestro país tiene muchas cuestiones pendientes de resolución. Como muy probablemente también le sucedió a Lula cuando asumió como presidente. A diferencia de nosotros, el brasileño se despojó rápidamente de sus atavíos ideológicos, que seguramente los conservará y a buen resguardo, y optó por el sincero camino de la coherencia en la continuidad de las políticas de estado de sus antecesores. Así es más difícil equivocarse.

Quizás, la clave de la recuperación argentina esté en abandonar su proverbial vocación tercermundista impuesta a vastos sectores sociales allá por mediados del siglo pasado. No hace falta hacer un gran recorrido para comprobar que no es poca la gente que profesa esa doctrina: en las universidades estatales, en los gremios, en los ámbitos intelectuales y políticos encontramos a muchas personas poco afectas a una integración seria con el mundo desarrollado. Es curioso, o no tanto, ver cómo no ocultan su admiración por Brasil y su progreso, pero a la hora en que se les pregunta con qué modelo se quedarían, con un capitalismo con sentido social como el de Lula o un populismo estilo Chávez, no dudan en adherir fervientemente a las políticas del caribeño antes que a las del oriundo de Pernambuco.

Allí empezaremos a encontrar algunas de las razones que explican la realidad de ambos países, el nuestro y el de ellos, marchando hoy en rumbos diametralmente opuestos.

lunes, 5 de octubre de 2009

EL VALOR DE LA UNIDAD.


Sin unidad, no hay destino ni futuro. Indefectiblemente se navegará al garete. Puede haber excelencia o no, pero si la gente no está encolumnada detrás de la idea difícilmente haya buenos resultados. Que lo de ayer nos sirva de ejemplo.

EMOTIVO ADIÓS.


Pienso que mucha gente todavía no ha tomado la dimensión exacta de la persona que ayer se nos fue. Mercedes Sosa, "La Negra", sonaba ya en el viejo tocadiscos de casa, cuando no en alguna radio, desde mi infancia. Cómo no recordar "Alfonsina y el mar". Después llegaría un largo silencio de siete años. Su arte fue proscripto, su voz, acallada. El peor castigo que puede haber para un artista.

Se han dicho muchísimas cosas en estas horas. Yo me quedo con una sola: se ha ido una mujer que jamás se creyó lo que fue.