sábado, 26 de diciembre de 2009

LA CONCRECIÓN DE UN VIEJO PROYECTO.

El 25 de mayo de 1940 se inauguró la actual Bombonera, el Estadio del Club Atlético Boca Juniors. Un proyecto del ingeniero José Luis Delpini que recibiera posteriormente varios premios internacionales, emprendimiento cuya obra quedó, por circunstancias físicas además de políticas y administrativas, inconcluso hasta estos días.


Las autoridades han anunciado que el sueño de Delpini y de muchos xeneizes por fin se verá cristalizado. Se completará la tribuna del sector Este y el estadio será totalmente techado, con una capacidad para 56.000 personas sentadas. Se convertirá así en uno de los estadios más modernos de Sudamérica, si no en el que más. El fútbol argentino, y los hinchas de Boca como yo, eternamente agradecidos.

jueves, 17 de diciembre de 2009

AUTORITARISMO.

El autoritario privilegia su ego por sobre cualquier doctrina o ideología.

El autoritario exige a cambio de concesiones que resultan no ser tales, sino derechos preestablecidos.

El autoritario pide que todos lo escuchen sin escuchar a nadie.

El autoritario da órdenes sin plantearse sus consecuencias mediatas. Por lo tanto, nadie debería esperar de él estrategias para favorecer al conjunto ni políticas de largo plazo.

El autoritario siempre cree ser la persona indicada en el momento preciso.

El autoritario obra con total convencimiento de su acción, especulando permanentemente con que los demás también tienen su mismo perfil autoritario.

El autoritario siempre señala responsabilidades ajenas si se trata de evaluar el pobre estado de su administración, producto de su propia impericia.

El autoritario no puede subsistir si no tiene a la mentira como recurso permanente.

El autoritario se mune de una herramienta primordial para su accionar: la obsecuencia de algunos pocos de sus dirigidos.

El autoritario echa mano de la descalificación cuando escucha o lee algo contrario a sus intereses.

El autoritario denigra, denuesta y humilla sin sentimiento de culpa.

El autoritario jamás reclama respeto para sí mismo, para eso cuenta con un arma mucho más eficaz, el miedo.

El autoritario no tiene ningún escrúpulo a la hora de quebrar cualquier norma establecida, como tampoco lo tendrá para promover cualquier legislación o disposición que oculte lo ilegal detrás de lo legal.

El autoritarismo, en definitiva, no hace otra cosa que demostrar la escasa capacidad que se tiene para ejercer la autoridad.

lunes, 7 de diciembre de 2009

UN BUEN REGALO LLEGADO DESDE AUSTRALIA.

¡Ahhhhhhhhhhhhhh! ¡Ha pasado tanto tiempo desde aquella primera vez!

Mi idea era ir a una despedida. Y así fue. Llegamos con un amigo tan pero tan sobre la hora que al momento de aparecer por la platea alta de River se apagaban las luces, griterío infernal y comenzó el show. Juro que jamás vi tanta gente en ese estadio.


Sonaba el primer tema, Rock 'N Roll Train. A continuación, Hell Ain't A Bad Place To Be. Ellos hacen su espectáculo como siempre, con ese sonido tan poderoso y tan contundente y no dan lugar a mayores comentarios. El escenario, en cuanto a estética, y de esto no sé demasiado, me pareció el mejor de todos los que yo vi por aquí. Alucinante. La locomotora, los cañones y la campana del infierno. Pero mucho mejor que en el '96. Mejor ambientado, quizás más espacioso que hace 13 años. Y por otra parte, la ayuda invalorable que prestan ahora esos dos plasmas de dimensiones gargantuescas colocados a los costados del escenario con una fidelidad de imagen que no se compara con nada de aquellos viejos buenos tiempos.

¿Si el set-list me gustó? Relativamente. Desde luego, soy un agradecido de que a estas alturas se despachen con un montón de clásicos de los 70's y 80's, los temas del pueblo de AC/DC, pero creo que se me quedó alguno por ahí, como Riff Raff, o Go Down que no hubiera estado nada mal que los hicieran. También faltó algún tema de Back In Black, uno de mis preferidos, Shake A Leg, hace mucho que desapareció del repertorio.

El sonido desde la platea me pareció bastante bueno, con ciertos instantes, lógicamente, en que el viento (y ayer había bastante) hace sus travesuras.

Los muchachos ya están grandes, pero esto no impide que Angus Young haga un descomunal desgaste de energías durante todo el recital, ni que Brian Johnson tome carrera por el espigón, la gigantesca pasarela que parece hundirse en medio del campo, para colgarse de la soga como un chico y sacudir el badajo de la imponente campana para dar comienzo a Hells Bells. Debo decir que cada vez que escucho la intro de ese tema a mí se me mezclan millones de sensaciones, de épocas vividas, el recuerdo de Bon, de un montón de cosas que precisaría mucho tiempo para explicar, y es realmente conmovedor.

Angus sigue con su rutina a lo largo de los años, varias veces durante la noche recurre a la máscara de oxígeno. Me impresionó mucho la primera vez que lo vi hacerlo en la película Let There Be Rock, sólo que esta vez no se zambulló entre el público para hacer su larguísimo solo de guitarra, esta vez se subió con su SG a un altísimo andamio.

Siguió el desfile de clásicos, Whole Lotta Rosie, Let There Be Rock, Shoot To Thrill (tema de presentación por años de CQC) hasta llegar al final con For Those About To Rock (We Salute You), con un imponente juego de luces y una salva terrorífica de incontables cañonazos.

Una vez finalizado, todavía no recuperados del aturdimiento por los disparos de los cañones, hubo un muy bonito final con fuegos artificiales.

Gustavo Olmedo decía los otros días que los AC/DC son una banda de la que no hay que esperar sorpresas, son tal vez la banda más predecible de todas las que hayamos visto. Pero conservan un encanto muy especial, y tienen un público muy fiel, aumentado notablemente en los últimos años por generaciones más jóvenes. Y decía también, que los muchachos tienen la íntima sensación de que este puede ser su último tour. Nunca se sabe.

¿Habrá sido la última vez?

EVENTO DEL SÁBADO 5 DE DICIEMBRE, FOTOS.

Esto fue en el Club Ciudad de Buenos Aires.

------------------------------------Luis Vázquez-----------------------------------------------


Conferencia a cargo de Luis Vázquez, Javiera Gutiérrez y Verórica Carrera, el autor y las colaboradoras de "Las Manos de Okinawa"


---------------------Los integrales observando, serios como perro en bote.---------------------


--------------------------También hubo un espectáculo musical.--------------------------------


------------------Alejandro Olivella, su hijo, Sandra Flores y Javiera Gutiérrez-----------------

Lo pasamos lindo, ¿no?

viernes, 4 de diciembre de 2009

CAMBIOS SE NECESITAN.

Poderes que van y vienen. Y sociedades ciclotímicas que votan y confieren y después arrebatan poder. Es el libre juego de la democracia. Mi experiencia me indica -y supongo que a muchos les pasará algo parecido- que los poderosos en exceso llegan por fin a una etapa en que cansan a cualquier sociedad. Nuestro país tiene un frondoso historial en estas cuestiones y jamás ha vacilado en sacárselos de encima cual pelusa del hombro, tanto a civiles como a militares.

Pero existe un estadio previo, que no muchos advierten, con contadas excepciones claro. Es ese borroso período en que los gobernantes, sabiendo que su final se halla inexorablemente cerca, incurren en conductas que bordean la sinrazón, cuando no meten directamente los dos pies dentro de ella. Muchos recordarán a ese dirigente del campo que acusó a un ex presidente de hablar pelotudeces. Aquello, ni más ni menos se inscribe en esta suerte de trance.

Posteriormente, llegará la caída en desgracia absoluta, dando paso a situaciones propias de una opereta en que la población ya ni siquiera toma en serio al poder de turno.

Estaba más que claro que era imprescindible una renovación, una bocanada de aire fresco. Y creo que el Congreso Nacional ayer se puso a la altura de los acontecimientos y por fin dio una buena señal a los ciudadanos que les dimos nuestra confianza y los votamos.