Argen & Tina. Hoy estuve un ratito en los dos países. En Argen me contaron (y muchas de las cosas eran ciertas, me constan) que la jueza Carmen Argibay era una persona muy amable, estudiosa, con profundas convicciones. Una gran defensora de los derechos humanos y además, una persona que cuando hablaba con la prensa empleaba algo que a muchos nos falta: sentido común. Seguramente en sus fallos también lo hacía. Se mostraba siempre muy independiente del poder político, también.
Y en Tina, me recordaron algo que ya también sabía desde hace bastante. La pregunta sería, ¿hasta dónde llega la honestidad de una persona que cobró una indemnización como desaparecida durante el último gobierno militar, cuando en realidad nunca lo estuvo? Linda pregunta. Carmen Argibay estuvo detenida nueve meses justo al comienzo de esa dictadura, no había cargos en su contra ni pruebas de nada, y fue dejada en libertad. Posteriormente, ya en democracia, figuraba en las Actas Institucionales y de allí lo del cobro de la reparación moral y demás, pero para la Conadep la jueza fallecida no era desaparecida. Se dice también que en un par de oportunidades se refirió al tema, y dijo que "estaba pensando en cómo devolver ese dinero que no le correspondía". Bueno, nunca lo hizo.