lunes, 29 de junio de 2009
UN DÍA DIFÍCIL DE OLVIDAR.
Después, qué elección rara, ¿no? Porque hubo un claro perdedor y muchos ganadores. Lo que pasó ayer en Provincia de Buenos Aires, para mí, no es más que otro capítulo de ese gran libro llamado Peronismo: Historia de una Traición. Si lo quieren saber, vayan y averigüen.
Quedé satisfecho con la elección en mi distrito, pero también quedé muy contento con otros resultados. El de Mendoza es uno, el batacazo de Reutemann en Santa Fe es otro, me pone muy contento que Pino Solanas haya sacado el porcentaje que sacó, sin estructuras y sin dinero, y que lleve a gente muy interesante en su lista, además de tener en su espacio a un economista como Claudio Lozano. Y también, contento porque pese a lo que aparenta ser una derrota de Lilita Carrió, logró entrar y casi ha duplicado la cantidad de bancas en el Congreso.
Pese a todo, incluyendo la victoria de mi candidato, siempre digo lo mismo: Tengo un cauto optimismo.
¿Y el Príncipe? Y, como mínimo, el cross de derecha se lo tenía ganado.
lunes, 22 de junio de 2009
ELECCIONES DEL DOMINGO.
Decía:
"Bien. El domingo nuevamente hay elecciones y nuevamente volvemos a escuchar cosas como "esto no va a cambiar, gane quien gane", o "son todos unos ladrones, usan el poder en beneficio propio y no trabajan para la gente", o directamente, "a mí la política no me interesa, ni sé si voy a ir a votar", etc."
"Creo que razón no les falta para pensar así. A aquéllos se les suman además los que en una crisis de anarco-rebelditis opinan que "hay que votar en blanco o no votar". Comprensible reacción ante tanta mediocridad dirigencial. Aunque, al respecto siempre he pensado que hay bastante hipocresía, y que muchos de los que denuncian su indiferencia o su indignación finalmente van muy mansitos a poner su voto... probablemente, como siempre, a los causantes de su posterior frustración."
"Somos una población con una escasísima cultura democrática, a lo que se ha ido agregando con los años un decreciente nivel en educación, no me refiero a la instrucción pública, ahí no descubrimos nada, cada vez es más difícil encontrar jóvenes que puedan ensayar un razonamiento más o menos elaborado, me refiero a la verdadera educación, esa que si no la recibiste en tu casa de parte de tus viejos o de quien fuese difícilmente la vayas a adquirir por la vida."
"¿A dónde voy con esto? El arco electoral es muy amplio. Están los que no tienen la menor idea de qué se vota, menos aún les pidas que conozcan a los candidatos. Están los que votan por simpatía o afinidad, esto incluye cualquier tipo de característica física o intelectual del candidato. Están los que votan "con la camiseta" siempre puesta. Están los que ya saben qué boleta deben poner porque el puntero ya los compró, si no los apretó. Y están los que piensan aunque sea por 5 minutos qué es lo más razonable para elegir. Dejo de lado a los prejuiciosos y a los resentidos. Y no me olvido de los llamados indecisos, curiosa franja del espectro que en verdad es un espectro en sí misma, aunque en otro sentido, ya que es de dudosa existencia. Me temo que son los que mejor pensado tienen el voto."
"No voy a cuestionar ninguna de estas conductas. Lo que si me da para reflexionar un ratito, es: ¿qué espera la gente de un político? ¿Que haga magia o ilusionismo, y le cambie el panorama en 180 grados en un par de días? ¿Que lo beneficie económicamente? ¿Que le de un trabajo? ¿Que le regale una casa? Lamentablemente, preguntas como éstas conforman el concepto que en el pasado a muchos argentinos les quedó de lo que deben esperar de sus gobernantes. ¿Creen en los políticos todopoderosos, que con un acto de voluntad transformarán drásticamente la realidad? Sería fantástico, ¿no? Siempre de acuerdo al nivel de pretensiones de cada uno. Me parece que nos falta bastante para entender la democracia. El sistema no consiste en ir cada dos años a depositar una esperanza de felicidad en una urna y aguardar de brazos cruzados. O votar cada 4 años a un presidente que nos regale gestos amables sin límites. El camino es muy difícil, y todos los días hay que ponerle garra."
"Si el domingo no querés ir a votar o pensabas poner el sobre vacío, o con el dibujito de Clemente o la foto de Pampita adentro, pensá 1 seg., pero un seg., nomás. "¿Quiero que esto cambie?", o "¿Quiero que los que están se vayan?", bueno, en ese caso te aviso que un voto desperdiciado contribuirá irremediablemente a QUE TODO SIGA EXACTAMENTE IGUAL. Todos conocemos prefectamente el caudal de votos que tienen quienes nos han venido gobernando durante años, pero desconocemos el poder del voto."
"El voto no es la única herramienta que se nos da a los ciudadanos dentro de la democracia. ES LA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL DE LA DEMOCRACIA. En todo el mundo ha volteado a gigantes, pero a pesos pesados de verdad. Aquí mismo, sin ir más lejos, en la elección de abril de 2003, el ganador en primera vuelta debió bajarse de la candidatura. ¿Qué? ¿Lo obligaron a que renuncie? ¿Hubo una operación política de parte de su otrora compañero de fórmula para que deba irse? ¿Alguien lo amenazó de muerte? NO. Había ganado con un 23-24 % de los votos. Pero hubo un 76-77 % que no lo votó ni estaba dispuesto a votarlo nuevamente. Eso, sólo como muestra del poder del voto."
"Apelo a la inteligencia y sensatez de la gente. El domingo, no importa a quién vas a elegir, lo importante es que elijas algo. No importa si es a los partidos o movimientos tradicionales, o a las alianzas modernas, o a un desconocido. La oferta es muy amplia. Pero tené en cuenta que, si esto que tenemos no te gusta o lo repudiás, no va a cambiar jamás si no te involucrás."
"Honestamente,
Mauro."
"PD: Comentalo, difundilo, archivalo, vendelo, prendele fuego, eso si querés, pero no amenaces a nadie con que si no lo reenvía se va a morir de cáncer, tuberculosis, gripe del pollo, que lo va a agarrar el huracán Katrina y demás calamidades."
domingo, 14 de junio de 2009
¿QUÉ FUE DE TI, LUIS MOURIN?
Jamás en la vida se me cruzó por la cabeza tener que hacer consideraciones, pasado un largo tiempo, acerca de un hecho extraño que me ha tocado vivir. Para otros no lo será, para mí sí resultó bastante misterioso. Nunca evalué si lo que diré debí hacerlo ni bien ocurrido el caso, o bien esperar un poco, unos años, u ocuparme del tema ahora. Se trata ni más ni menos que de la desaparición de un amigo, después de todo.
El caso José Luis Mourin, a él me estoy refiriendo, es un caso irresoluto. No tengo hoy el dato preciso sobre qué clasificación le dan las autoridades a situaciones como éstas, pero que yo sepa la gente no se evapora ni desvanece. Si no se ha muerto, a algún lado tuvo que haberse ido.
A Luis yo lo conocía desde mi época de escolar primario en el Almafuerte de Munro. Habrá sido más o menos por el ’72 cuando nos vimos por primera vez. Yo hice toda la primaria en ese colegio junto con Ana Dora Mourin, su hermana, entre el ’70 y el ’76. De Ana guardo lindos recuerdos de la infancia, era bastante simpática y tenía sentido del humor. Nos podíamos permitir alguna broma liviana de vez en cuando. Y a mi juicio, estaba entre las chicas más lindas del curso.
Con Luis, por ese entonces, la relación se limitaba más a los fines de semana, en que nos encontrábamos con una nutrida barra para jugar al fútbol y también, otro clásico de ese entonces, larguísimas bicicleteadas que podían terminar en cualquier parte, en Boulogne, en Villa Martelli, o en la playita de Olivos. Con el correr de los años, esa amistad continuó, todos crecimos y nuestros intereses ya estaban cambiando, ahora podían unirnos los gustos similares por la música, las chicas, las salidas nocturnas de los fines de semana y otras escapadas a lugares que tenían que ver con las artes, las ciencias y la política. Y también, reuniones en su casa, por la noche, de extensas charlas sobre temas que a nosotros nos interesaban mucho, con alcohol y humo de por medio. Podíamos estar hablando horas y horas sobre cosmogonía, sobre fútbol o sobre por qué el 2do. y el 3er. disco de Led Zeppelin eran mejores que el 4to.
Hacia finales de los 80’s, sólo quedaba un pequeño grupo de amigos que nos juntábamos con Luis. Puede resultar obvio, éramos los más afines. Algunos habían cambiado más, otros menos, pero seguíamos en contacto permanente.
Luis tenía un carácter bastante especial, lo podría afirmar cualquiera que lo haya tratado, tanto en sus primeros años como en los últimos en que nos vimos. Era algo tímido como yo, pero cuando tenía ganas de decir cosas no se las guardaba. Era bastante impulsivo, también, conducta que no siempre sabía controlar. Y si algo nunca perdió fue ese gusto por el humor corrosivo que compartíamos. Podíamos estar un buen rato bromeando sobre tal o cual situación, o tal o cual persona, llevándonos a conclusiones de lo más disparatadas.
Otro de nuestros amigos, a quien no identificaré, pasó por momentos muy penosos por aquellos tiempos debido a cuestiones relacionadas con el consumo de sustancias tóxicas, de las más variadas debo decir. ¿Por qué lo cito? Pues bien, recuerdo la despedida de año del ’89, en que este muchacho, a altas horas de la madrugada, ya estaba algo “pasado” y comenzó a ponerse pesadito, principalmente con el dueño de casa, Luis. En otros tiempos, lisa y llanamente Luis lo hubiese tomado a golpes y quién sabe las consecuencias, pero la cosa, para sorpresa, fue casi diametralmente opuesta. Quien le estaba respondiendo al ya bastante molesto invitado parecía más el Dalai Lama que el Luis que yo conocía. En esa misma velada, recuerdo, estuvieron Ricardo Iorio, que ya había formado Hermética luego de la separación de V8, y su por entonces todavía novia Ana Mourin, la hermana de Luis, además de una amiga.
Me permito aquí recordar una pequeña anécdota, atinente a estos temas. Un día, yo le estaba hablando a Luis sobre los problemas de ese otro amigo al que ya me estuve refiriendo. Y, entre otras cosas, le mencioné un par de libros de magia negra que yo había estado observando en su casa. Recuerdo que Luis me respondió muy serio: “Él debería apartarse de esos temas. La magia negra no es para cualquier persona”. Me sorprendió aunque claro, a mí, como ateo practicante que soy, cualquier recomendación sobre religión, brujería y demás yerbas son asuntos contra los cuales estoy completamente blindado.
Pasó muy poco tiempo de estos sucesos, y Luis estuvo un par de veces por casa, para solicitarme varios libros de astronomía, estaban los de Carl Sagan y algunos otros autores, libros que le presté y que me devolvió oportunamente. Me contaba, “Estoy haciendo algunas investigaciones relativas al Universo, la religión y Dios mismo”. Muy bien, pensé. Habíamos hablado ya de algo parecido por esos días, en que Luis me hizo un curioso pedido: era el tiempo en que V8 se había separado como ya dije, y Hermética ya tenía su primer disco en la calle. Y me vino a decir, “Mauro, vos que sabés inglés, ¿te animás a traducir unas letras de Hermética del español al inglés?” A decir verdad, mi inglés siempre fue bastante chapucero, pero igual acepté traducirle un par de canciones. La cosa era que, según me contó Luis en aquel tiempo, a la banda le había surgido la posibilidad de grabar en Brasil el disco completo, no sé, en inglés, seguramente con la intención de penetrar comercialmente en algunos mercados extranjeros. Según me decía Luis, “Ya probaron con otra persona pero parece que no les gustó, no rescataba el espíritu de la letra”. Después, no supe en qué terminó la cosa.
Hasta que llegamos al comienzo del misterio. El día en que le llevé algunas hojas con las traducciones, estuvimos hablando un rato y me dijo que “tenía pensado marcharse a alguna región del país, tipo San Luis. Es que esa clase de regiones tiene paisajes muy similares a los que se observan en La Biblia”. Interesante, aunque no muy de mi gusto, pero siempre fui de alentar iniciativas ajenas. La cosa es que, creo que no pasó una semana, y Luis ya estaba de vuelta.
Le pregunté qué había pasado, y me respondió con un lacónico “No me gustó. Había mucha gente, muchos turistas”. No había “clima”, parecía.
Esa fue la última vez que lo vi. Como a las dos semanas, creo, recibí una llamada de Ana. Estaba muy preocupada por la suerte de su hermano. Nadie sabía en dónde estaba y estaban organizando la búsqueda. Estaba en Catamarca, hacia allí había decidido partir.
Un domingo a la mañana, estaba el diario Clarín en casa, y lo estaba hojeando hasta que me topé con la sorprendente noticia: “Buscan a un estudiante extraviado en Catamarca”, o algo así.
En efecto, se hablaba de un tal “José Luis Maurin” (en lugar de Mourin), sobre el cual se decía que “había viajado en micro a esa provincia, vestido con una remera, un jean y zapatillas, y únicamente provisto de un morral y un par de biblias, una en español, y otra en hebreo o indio”, ahora no recuerdo. Al día siguiente, en un recuadro mucho menor, se volvía sobre la noticia, aunque muy brevemente se consignaba que la policía provincial no tenía muchas pistas sobre el paradero del estudiante llegado desde Buenos Aires. Es una pena, he guardado ese par de recortes y en algún lugar de mi casa deben andar, pero no he podido dar con ellos. Son de mediados de 1990.
Es muy embromado especular sobre estos temas. En cierta oportunidad, intercambiando impresiones con amigos, mencioné la creciente devoción en esos años de Luis por la marihuana. Llegué a escucharlo contándole a otro cómo la conseguía en cantidades importantes. Descarto cualquier posibilidad de alguna inherencia con el tema.
¿Algún compromiso con alguna secta religiosa? Mmmm, eso es más probable. Pero nadie podría refrendarlo. Ahora, ¿cómo haría una persona por la suya, desaparecer de los lugares que solía frecuentar y no dejar rastros? Es muy llamativo. No hay muchos casos en el mundo, diría. En su momento, la novedad nos dejó a todos patitiesos. Todavía, de tanto en tanto, seguimos acordándonos de aquellas circunstancias. Pero no hay respuestas.
Graham Bonnet, ex cantante de Rainbow, un día recibió una llamada de su ex camarada Don Airey, informándose de la muerte de otro ex camarada, Cozy Powell. Bonnet salió al patio de su casa, miró al cielo y tal vez creyó ver un arco iris, y se preguntó: “¿Estás allí, Cozy? De la misma forma, quizás, podría yo preguntarme: “¿Eres tú, Luis?” “¿Por qué no vienes y conversamos?” Y todo sería muy fácil. Tal vez el tiempo sepa darnos la respuesta.
Al poco tiempo, Ana escribió esa letra que hoy es más que un testimonio, en lo que a mí respecta. Me tocó presenciar el show en el cual estrenaron la canción, el día en que Hermética teloneó a Black Sabbath, a mediados de 1992 en Obras:
A las montañas del noroeste Argentino
te dirigiste hermano,
dejando grabado por siempre
en mi corazón aquel fuerte abrazo.
Donde mostraste tu íntima conciencia
de guerrero impecable
que marcha firme a cumplir su destino
sin nada a nadie deber.
Pasó el tiempo y sin saber nada de vos,
corrimos a buscarte.
Soñé con verte libre a la luz del sol
y sé que lo lograste.
Mas sólo fueron testigos esas inmensidades.
Historia triste fue vernos vencidos
y sin hallarte volver,
tener que volver.
A enfrentar caras de gente que no entiende
y que con burlas justifican su ignorancia,
olvidando que la pesadilla
suele hacerse realidad, y ¨ahí que pasa?
¨Qué es lo que pasa?
Que el viento lleve esta canción a tus oídos
salvando distancias,
y que en tu estrella observes que aún sigo de pie.
Es mi esperanza.
Sigo intentando andar el camino
para el cual me formaste.
Y aunque sin vos se ha tornado muy duro,
no me dejaré vencer.
No te fallaré!
Es mi egoísmo el que se rebela a perderte
y mi alma a no saber cuál fue tu suerte
Hermano mío solo resta decirte
que jamas te olvidaré.
Tenlo presente.
Hermética, Atravesando Todo Límite.
jueves, 4 de junio de 2009
DEBERÍA SER EL JUICIO DEL SIGLO, PERO...
Hace un tiempo recordábamos con un amigo que un par de semanas después teníamos pensado ir allí mismo a ver a Dismember, una banda de death metal sueca. Nos hizo revivir, al pasar, nuestra primera experiencia en otra disco, Cemento, allá por el ’96 si mal no recuerdo. Cuando entramos ahí, lo primero que se nos ocurrió decir fue con respecto a las escasas, por no decir nulas, medidas de seguridad que observaba el lugar. Público en total estado de hacinamiento, tranquilamente podría morirse alguien en cualquier momento. Recuerdo que alguien del público lanzó una bandera –un trapo- que se enroscó en las paletas de un ventilador de techo y el aparato se detuvo. Yo dije: “Lo único que falta es que el motor se queme y provoque un incendio”. De casualidad no pasó.
1971: recital de Frank Zappa & The Mothers Of Invention en el Casino de Montreaux, a orillas del Lago Ginebra, en Suiza. Desde los asistentes al espectáculo, parte una bengala encendida que prende fuego primero el techo, y luego termina destruyendo por completo el lugar. Ian Gillan y Roger Glover, de Deep Purple, contaban hace poco más de un año en la TV francesa lo sucedido allí ya que ellos estaban entre la audiencia, hechos que fueron bastante bien reflejados en la letra de “Smoke On The Water”. Ese tal “Funky Claude” que aparece mencionado en la letra, corriendo de un lado para otro sacando gente del lugar, no era otro que Claude Nobs, el legendario músico y presentador del Festival de Jazz de Montreaux. Además, en la grabación del audio se puede escuchar, una vez detenida la función, al propio Frank pidiéndole a la gente que se mueva con calma y así poder evacuar el sitio sin mayores trastornos. Hubo heridos, como era de esperar, pero no se reportaron muertos. Y el responsable fue preso.
2004: la tragedia en el boliche “República de Cromañón” con todo lo que ya se sabe. Y todo lo que sus actores tratan de ocultar.
Se podrán pedir 100 años para cada uno de los que la fiscalía considera culpables. Lo que a mí me sigue haciendo un poquito de ruido en la cabeza, todavía, es que pese a tamaño desastre ninguna de las partes involucradas se ha hecho responsable de nada desde lo sucedido. Debería ser el Juicio del Siglo, pero claro, esto es Argentina.
EL VALOR DE LAS PALABRAS.
Como declarara en alguna oportunidad el “Negro” Fontanarrosa en el Congreso Internacional de la Lengua (¿se acuerdan?), el vocablo “pelotudo” está muy bueno, raya lo genial, diría yo. Existen montones de sinónimos, desde los más leves como “zonzo”, “mentecato”, “estúpido”, “bobo”, “gil”, y de ahí podemos ir elevando el nivel pasando por términos neurosiquiátricos como “idiota” o “tarado” (este último, en boca de una mujer, suena más agresivo que en boca de un hombre) hasta llegar a palabras de calibre más grueso como “boludo” o “forro”, por citar algunas.
El dirigente rural de marras pudo haber utilizado también, de haberla conocido, la palabra “zote” (me encanta), aunque es de uso infrecuente en nuestro idioma. Pero quisiera volver a “pelotudo”. Como dijera el fallecido dibujante, ninguna palabra por el estilo tiene la contundencia de “pelotudo”, todo un ingenio lingüístico muy eficaz. Él sostenía que la razón residía en esa “pé” resoplona, a la que habría que sumar evidentemente esa “té” tan significativa en la pronunciación. El énfasis en la expresión tiene mucho que ver.
Ahí está la clave, sin dudas. Soy un convencido de que no existen las malas palabras, sí existen las palabras dichas con mala intención, que suelen tener un mayor poder de daño.