jueves, 7 de octubre de 2010

PARAJODAS.

El mundo de la política, las relaciones internacionales y la economía tiene sus parajodas (N de R: una parajoda es una situación que más que una paradoja, es una joda).

Juan le debe a Pedro una considerable suma de dinero, que Pedro cada vez que puede le reclama. Juan se aviene a dialogar con Pedro, pero no tanto para hacerle una promesa con respecto a sus acreencias con éste. Lejos de esto, Juan se concentra en mostrarle a Pedro que su manera de vivir no es muy correcta que digamos, y que en cambio, él (Pedro) no tiene ni idea de las cualidades de su interlocutor en materia de manejo de finanzas, generación de recursos y reasignación de los mismos. Sin exagerar, Juan cree que debería ser la envidia de cuanto especialista en economía esté pisando la faz de la Tierra.

Es fantástico. Ahora, los deudores le dan clases de economía a los acreedores. Lo que apena, (porque risa ya no da) es que estas teorías resultan invisibles -por lo inexistentes- en el campo doméstico.

Epílogo: diga que Pedro no come vidrio, y que si bien no se fue tan sorprendido del encuentro, una vez más comprobó que al que nace barrigón... es al ñudo que lo fajen.

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