jueves, 18 de abril de 2013

EL SÍNDROME DE LASKAR.

Me mató esta mañana una explicación radial del Síndrome de Laskar. Es como un miasma que genera consecuencias patológicas tales como que la gente confiesa su lado oculto y revela su verdadero ser. Por ejemplo, el Dr. Cormillot cuenta hoy que en realidad, a él jamás le importaron ni los gordos ni la gente obesa como lo mostró todos estos años. Lo suyo siempre fue la botánica. Pide perdón por tantos años de mentiras. Asimismo, el Papa Francisco sostiene que en realidad él es Evangelista Pentecostal, pero encontró un currito metiéndose en la Iglesia Católica y como le fue bien, no paró hasta que lo nombraron papa. Ahora pide al mundo que rece por él, pero para no ir al Averno. Del mismo modo, Lionel Messi, nos revela a todos los que nos gusta el fútbol, que en realidad a él nunca le gustó este deporte que trajeron los ingleses a la Argentina, su rollo siempre fue el tenis. Y que ya se fue a comprar un par de raquetas. Suplica a los hinchas argentinos y de Barcelona que lo sepan comprender y lo indulten. Finalmente, (hay mil casos más para reportar) otro que padece esta enfermedad es ni más ni menos que nuestro vicepresi Boudou. Acaba de revelarle a un importante medio argentino que todo lo que él se viene afanando desde que integra el kirchnerismo, y ahora el cristinismo, en realidad lo hizo nada más que para demostrar lo malos que son los controles republicanos en la Argentina. Pero, a diferencia de los anteriores, no pidió ninguna disculpa. De allí se desprende el por qué lo que se busca ahora no es reparar esos controles, sino directamente eliminarlos. Genial. El Síndrome de Laskar, un síndrome peligroso.

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