Hoy estaba metido en un foro de un diario on-line, Crítica para ser precisos, y entre tantos comentarios leo uno que en principio no me llamó la atención, pero que segundos después despertó mi asombro, y llegó a provocarme cierta gracia, por qué no decirlo. Estaba referido a una marcha con cacerolas frente a la Quinta de Olivos. Y el motivo era el disgusto de los manifestantes por el aumento que ellos consideran excesivo en la tarifa del consumo de electricidad.
Hay un hecho en la historia muy conocido, La Toma de La Bastilla, que visto en perspectiva no parece de la magnitud que los franceses le han dado, a tal punto que esa fecha, el 14 de julio, se erigió como fecha patria. Ese acto no representó un gran mérito de parte de los revolucionarios franceses. A la sazón, resultó como robarle los caramelos a un chico de 4 años o cazar animales en el zoológico. Ya verán por qué, si no es que alguno ya lo sabe.
El asunto es que, el participante del foro, tratando de mofarse de los que protestaban, dijo más o menos: “¡Uy, qué miedo, pareciera que van a tomar La Bastilla!” Yo recordaba en esos instantes un hecho absolutamente menor, que, en mi época de estudiante secundario, cuando teniendo que aprenderme la lección sobre la Revolución Francesa, me quedó hasta hoy en la memoria. No me pregunten por qué, yo soy así. Algo que leí sobre el asalto a la prisión, en definitiva La Bastilla no era otra cosa. Una vez ingresados al lugar y luego de reducir a los custodios, los patriotas se encontraron, para sorpresa o decepción, con solamente siete presos, uno de los cuales era un deficiente mental, “un idiota”, recuerdo que decía textualmente el libro.
Hay un viejo dicho que señala que “La tragedia que se repite, vuelve, pero como parodia”. Mucho cuidado con esta clase de comparaciones.
Si los Kansas se juntan para celebrar 35 años de carrera, si la cosa va a ser con orquesta, si va a volver (por un ratito) Kerry Livgren y encima van a llevar de invitado a Steve Morse... ¡SHOW TIME!
¿Tendré que esperar hasta el 7 de febrero, día en que se hará el concierto, y a que salga el DVD? No me queda otra. Mientras, a Steve lo seguiré mirando por Youtube, aguardándolo para el 14 en Cosquín Rock y... quién sabe, por ahí en Buenos Aires. Prometió, eso sí, que va a ser sin jaulas de bananas ni policías bailando.
Rodando el promocional de"House of Pain", del álbum BANANAS de Deep Purple.
Hace unos días, el jueves más precisamente, se conmemoraron los 400 años del primer telescopio que construyera Galileo Galilei. Otros atribuyen el invento a un holandés de nombre Hans Lipperhey y también se ha dicho que Christiaan Huygens, otro holandés mucho más célebre, tuvo bastante que ver con esa creación.
Hacia fines de 1609 Galileo observó por primera vez los cráteres, montañas y llanuras de la Luna; semanas más tarde, cuatro de las lunas de Júpiter; y más tarde, las fases de Venus. Este último descubrimiento, por irrelevante que nos parezca hoy, puso por primera vez en la historia de la humanidad y fundamentalmente entre los intelectuales de la época, en muy serias dudas acerca del concepto sobre el cual descansaba plácidamente el rol de los seres humanos en el Universo. Las fases de otro planeta daban la pauta de que, como suponía Galileo, no solamente la Tierra, también Venus, giraban alrededor del Sol. ¡Qué tragedia! Evidentemente no estábamos "ni ahí" de ser el centro del Universo.
Es así que la Unión Astronómica Internacional y Naciones Unidas, han decidido lanzar, a modo de celebración, el Año Internacional de la Astronomía.
Para Owen Gingerich, especialista de Harvard, "Desde entonces, los dispositivos astronómicos han estado en el corazón de la búsqueda de la humanidad por su lugar en el Universo. Podría argumentarse que son tan útiles (o inútiles) para el progreso humano como la poesía. Pero [...] como la gran poesía o la construcción de una catedral gótica, la cosmología es un viaje del espíritu humano [...] para entender nuestro lugar en la intrincada trama del tiempo y el espacio".
El Cosmos no nos ha reservado un lugar muy destacado a los habitantes de la Tierra. Y lo más probable es que haya centenares de miles de mundos parecidos al nuestro desparramados por espacio. Pero seguiremos intentando saber de qué se trata. Sin perder de vista que, como dice Kerry Livgren de Kansas en la letra de "Polvo en el viento", justamente, "todo lo que somos es simplemente polvo en el viento".
Conforme pasan los años, uno observa con asombro el singular uso que algunos le dan al idioma castellano, hecho que a muy pocos a esta altura les llama la atención. También resulta hasta increíble el escaso compromiso con algunos nombres o apellidos, por parte de medios escritos o electrónicos, TV o radio, por ejemplo. Error de información deriva en confusión. Ni hablar ya de algunos conceptos que, supongo, la gran mayoría tenía universalmente incorporados y que en algún momento, habrá que formular un manifiesto público para desmitificar.
Tenemos el recuerdo de aquel debate entre el Canciller Dante Caputo y el pintoresco (y fallecido) Senador Vicente Leónidas Saadi, quien ante tanta verba florida de parte de su contendiente se enfureció y le solicitó que "no se vaya por las nubes de Úbeda", cuando el proverbio habla de irse "por los cerros de Úbeda". La frase impactó de tal manera, que ciertos profesionales de los medios la dieron por válida, y hasta jocosamente, se la destaca por ahí como un argentinismo.
En los últimos años, escucho a menudo decir a varios periodistas que, por ejemplo, "se busca palear tal o cual emergencia". Yo hasta ahora sabía que si uno idea un paliativo y lo aplica, estará paliando la situación. No son pocos los casos. Y cada vez son más.
En dos noticieros de dos canales de TV distintos, se informa sobre la tragedia de Gral. "La Madrid", en la que fallecieron seis personas en un accidente de tránsito. Pasaron un par de horas y no corrigieron el error. Ya ni quiero preguntar quién fue Gregorio Aráoz de Lamadrid.
Una palabra que se utiliza todos los días, para reportar sobre diferentes males sociales, es conurbano, se habla frecuentemente del Conurbano Bonaerense. Tuvimos un gobernador, el Dr. Oscar Alende, "el bisonte", quien en una arenga política acuñó ese término, y al igual que con Saadi, la forma se adoptó sin que nadie se preguntara sobre su legitimidad. Si uno se molesta en buscar la palabreja en el diccionario, comprobará azorado que "conurbano" no está, simplemente porque no existe. Pero tranquilos, desde hace mucho existe el vocablo suburbio.
Esto me llama poderosamente la atención: hace algún tiempo, leyendo un artículo político escrito por un reconocido intelectual de estas tierras, me encuentro con que Duhalde terminó traicionado por su propia creación, su monstruo, creó en definitiva su propio "Frankenstein". Ayer, casualmente, una joven directora de cine hablaba en la TV de sí misma como una persona hecha de diferentes elementos, "Soy como un Frankenstein", remató. No son los únicos antecedentes que conozco. El mito está instalado. Permítanme decirles que quien escribe, no habiendo leído jamás el cuento o novela o lo que fuere, y menos aún habiendo visto jamás una película sobre el monstruito, siempre tuvo muy en claro que Frankenstein era el Dr. que lo diseñó. Y ni me pregunten qué nombre o apelativo le puso a ese esperpento.
Atentamente, el maestro ciruela.
¡No! Ése es otro moco muy común en decenas y decenas de artículos que vengo leyendo desde hace mucho. El maestro era de Siruela (un pueblito español), y que aunque no sabía leer puso escuela. ¡Pero cómo mandaría fruta! ¿No?